viernes, 21 de octubre de 2016

#Machismo4

El comienzo de todo. El útero, lo primero que conoces y que inconcientemente recreearás más tarde si no trabajas en conocerte: La familia.
Varios de ustedes saben que mi padre murió a los 54 años de un ataque al corazón. Así le llamaban en esos años. Recuerdo su funeral. Lo recuerdo a él también. Alegre, infantil, juguetón. Cariñoso. Querido y reconocido como hombre de bien. Lo amaba y me amaba también. Pero mi padre José, era humano. Con luces y sombras. Como todos.
Tenía cuatro años, la edad de la Eloísa. Recuerdo esa luz anaranjada que alumbraba las tardes de mi hogar en La Florida. Recuerdo las ventanas abiertas y a mi mamá abriendo cartas. ¡La habían seleccionado para trabajar! Ella estaba emocionadísima y nos dio la noticia. Más tarde llegó mi padre y se enfureció. ¿Para qué trabajarás? Tu deber es cuidar a los niños. Yo soy el proveedor. No falta nada en la casa. Tú quieres matarme de un infarto.¿Hasta cuando me disgutas?. ¡Eres tan chúcara!. Me casé para que me plancharan las camisas. El lugar de la mujer es en casa con sus hijos. La Macarena tiene cuatro años y la vas a abandonar. Yo que te amo tanto. Tú nunca me has querido.
La relación de mis padres se volvió insostenible.
Mi madre contra viento y marea puntualmente estaba en su trabajo. Luego de llevar a cabo toda la carga del hogar. En la mañana mi padre seguía encontrando su camisa planchada. Yo seguía luciendo impecable. Rápidamente mi mamá me llevaba de la mano al colegio jugando a no pisar las lineas. Me compraba un lolychoc en el negocio que estaba de camino. Y se despedía.
Así pasaron los años.
Mi papá siempre me sacaba a pasear. Uno de sus paseos era llevarme a lapa a buscar a mi mamá al trabajo. A decirle al que quisiera escuchar que tenía abandonado a sus hijos. Tenía que escucharlo cuando cegado por los celos, olvidaba que estaba presente y se refería a mi mamá como puta e infiel. Recuerdo tener miedo. recuerdo desear no estar ahí. Recuerdo empatizar con él. Tan mala mi mamá que no es capaz de llevar la convivencia en paz. No es capaz de ceder. No es capaz de seguir anulándose. ¿Por qué no se queda callada mejor? ¿Por qué no es más dulce y solícita? ¿Por qué no aguanta y todo sigue igual? Si nos quisiera mantendría la armonía. Todo es su responsabilidad. Es que mi padre tiene razón ella no lo quería, por eso lo hacía rabear, por eso lo hacía perder el control. Por eso.
Porque mi mamá es una mujer valiente.
Una mujer completa. Una mujer que no tuvo ni tiene miedo de ser ella misma con sus sombras y luces.
Mamá mi primer escrito te lo dedico a ti.
Por darme tu fuerza.

El día que enterramos a mi papá. Iba de la mano de mi madre. Se nos acercó un familiar que le habló al oído, con voz temblorosa, como quien toma valor pero los nervios le traicionan. -Tú lo mataste.-

Finalmente mi padre sufría debido por su propio machismo. A su incapacidad de adaptarse a los nuevos tiempos. Sufría por su ignorancia. Por su incapacidad de ver a la mujer que lo acompañaba como un igual.

Mi padre partió de este plano. Mi padre es luz. Mi padre ya no es mi padre. Es el amor del cual me llenó. Es el aprendizaje de sus errores. Padre te perdoné mucho antes de entender que tenía que hacerlo.

Gracias a todos quienes leyeron esto.

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