viernes, 21 de octubre de 2016

#Machismo1


Recuerdo la primera vez que sufrí un abuso. Tenía 22 años. Fui un carrete a la casa de un conocido. Le pedí si podía quedarme a dormir ahí para no andar "tarde" en la calle, "sola". Me acosté a dormir en un sofá cama. Desperté a media mañana. Estaban introduciendo una mano dentro de mi pantalón. El lugar (una sala de ensayo) era absolutamente oscuro. Quedé inmóvil. Reaccioné en un tiempo corto que pareció eterno. Empujé a la sombra que tenía atrás y grité: qué estás haciendo! Salí corriendo del lugar, de la casa, de esa escena. Mientras corría lloraba. El dueño de casa me preguntaba qué estaba pasando. -Tu amigo me manoseó aprovechando que estaba dormida.-
Llegue al lugar donde vivía y busqué apoyo contando lo que había pasado. Me contestaron: - Eso pasa por ir donde gente que no conoces, te expones, ya no hay nada que hacer, olvídalo, ya pasó, fue tu culpa.-
Creí que iríamos a poner una denuncia. Pero al parecer no era demasiado importante.
Al otro día llegó el dueño de casa a conversar conmigo. Se disculpó, y luego agregó: -Pero agradece que estoy aquí, todos mis amig@s dicen que tú le coqueteaste, y que fue tu culpa.-
Silencio.
Vuelta a llorar.
Y no fue la única.
Y no soy la única.
#VivasNosQueremos
#NiunaMenos

No hay comentarios:

Publicar un comentario